Me enamoré de tú risa, tú mirada, de cada instante que junto a ti pasaba.
Me enamoré irremediablemente, sin censura, y hasta con un toque de locura.
Me enamoré cuando menos lo esperaba, porque apareciste cuando a nadie necesitaba.
Me enamoré de tú beso, de tú piel, del aroma que dejabas a tú paso mujer.
Me enamoré al pensarte, al soñarte mas bien y a cada rato a solas, quererte tener.
Me enamoré de tú pelo, de tú rostro y de tú cuerpo también.
Me enamoré de tú alma y tú corazón descansa, de verme otra vez. 
Porque no es que quiera volverte a ver, lo que quiero es verte volver.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *