Vos bella dama,
que para mí creáis delicadas palabras
Que fluyen en vuestro recóndito corazón,
sois para mi el sol por el día,
y la luna en la noche.
Vuestras palabras nacen en vuestro interior,
rotan mientras vuelan,
y florecen al alcanzar mi cuerpo desnudo, confeccionando un jardín de amor a mi alrededor.
¡Oh bella dama!
que con esos tus ojos, iluminas las oscuras calles de este pueblo en la larga noche, dejando diminuto el esplendor del sol junto a la iluminación de vuestros bellos ojos.
Vos bella dama,
dadme muestras de vuestro amor,
para que yo pueda con mi pluma y el tintero,
conquistaros con honor.
¡Oh bella dama, morirme quiero de amor.