Un clavo no saca otro clavo
ni una rosa de fuera es más bella que la rosa de tu jardín.
Dos estrellas no brillan iguales
ni dos ríos distintos llevan su agua hasta el fin.
Te miras al espejo en una imagen pasada,
ni tú eres el mismo antes de decir,
ese era yo.
Nada es lo mismo y todo es igual a ojos del que no sabe mirar,
tocas una estrella y las demás ya no existen en un espacio tridimensional.
No hay un yo sin ti
ni letras que sepan existir más allá de un diccionario cerrado.
No podría bañarme dos veces en el mismo río porque
ni el río ni yo seriamos los mismo,
profundas son tus raíces en mi tierra que por siempre
arraigarán este sentimiento de amor aunque se tape
con capas de turba y cieno.