Tengo el corazón cerrado a cal y canto
con candados de ocho llaves repartidas por planetas,
una en cada uno todas dispersas.

El amor perdido en el desván de los recuerdos,
en cajas repartidas entre montones de hierros,
un vago recuerdo en un hipotálamo herido,
borroso,
desaparecido.

Porca miseria este cuore que no llega a ser querido, porca miseria mille volte,
porca miseria sempiterna.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *