La miré cuando me miraba
con los ojos llenos
de agua salada
y los mares que inundaban mi cara.
La miré sin tener consuelo
la miré hasta decir te quiero.
La brisa fresca
de una mañana
cuando el sol levanta
y se enciende tu cara.
Miro al horizonte y no veo ya nada
abro las ventanas de toda mi casa
esperando el aire que susurre calma
Y miro entre las rejas
de una casa en llamas
arde el corazón
arden las entrañas.
Y se fue con todos los regalos
un silencio seco
y un desierto entre ambos.
Una mirada perdida
como dos extraños
que se dieron todo
y ahora…..
están olvidados.