Pedalea, escápate, coge camino o sendero y desahógate.

El aire pasa por mis puños, se deja sentir en mi piel, con cada pedalada te alejas, un destino lejano, a ti mismo fiel.

Pedalea, no mires atras, como la vida misma y sin parar.

Montas solo, rumbo al horizonte lejano, la brisa golpea tu rostro, el rocio de las margaritas del campo golpea en tus tobillos, los primeros rayos de luz asoman por las montañas, tú, pedaleas por las sendas con el olor de las flores de los campos, vés pasar las aves, gorriones, verderones y en medio de los campos las caverneras! Pilotas tu bici y tu destino, ¿puede haber algo mejor que ser ciclista?

 

Llegas a sitios insospechados, destinos místicos que te hacen ponerte en sintonía con la naturaleza, llegas y te sientas, admiras el mar y el infinito del horizonte, cierras los ojos y solo sientes eso, paz.

Solo puedes estar en silencio porque los silencios a veces dicen mas que las palabras.

Retomas la bici y regresas, da igual el calor, da igual el viento, tu corazón descansa, tu alma vuelve en calma, bajas por las sendas con la sonrisa del bienestar, la satisfacción de ver y sentir cosas privilegiadas, los pájaros se han escondido por el calor, y tú ya vas exhausto pero como buen guerrero, soportas y avanzas, porque así es la vida, hay que soportar sin dejar de avanzar.

 

Que bonito es pasar por los campos rozando las flores con las manos y sentirte libre y es que eres ciclista

 

¿Puede haber algo mejor que ser ciclista?

2 comentarios en «El aire por los puños»

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