No quiero hipotecar mi corazón
a un préstamo con intereses de demora.
no quiero entregar las llaves que lo guardan
ni revelar el camino hacia dónde está.
No voy a someter a balance contable
los debes y el haber de sentimientos ya perdidos.
Un balance que no cuadra,
que al final de la hoja, no sale cero.
Un juego de bolsa en el que invierto,
pero siempre son perdidas.
Las acciones se desploman y el valor de sentimientos se entierran entre datos y papeles.
No voy a hipotecar mi corazón a un préstamo con intereses demora.