Esclavo de mis letras,
vagabundo de pensamientos en un mundo sin sentido.
De corazón incansable y pecho descubierto.
Enseño mis heridas aún sabiendo que soy vulnerable,
dejo que acaricies esta corazón rasgado,
cansado tal vez,
y que compruebes que funciona aún a pesar de los daños.