Ojo acechante del mar, luz de esperanza en un abismo de agua y oscuridad.
Estampa erguida, inmutable;
presencias desdichas que por mas radiante que luzcas, no puedes remediar.
Naufragios y vidas salvadas, en tus cimientos debes soportar, cargar en tus espaldas con la culpa de aquellos que no te llegaron a otear. Que por mas alto y fuerte que brillaras, la noche se hice presa sin dejarte guiar.
Pero sigues y vuelves a iluminar para avisar desde costa que en tierra firme estás.
Tú das luz al camino que todo barco debe buscar y avisas del peligro que se debe procurar evitar.
Desde antaño a la actualidad, historia viva de la mar.
Un amor imposible entre el agua, la noche y tu afán por ayudar.
Faros de la humanidad.